A menudo me encuentro en situaciones en las que me resulta muy complicado explicar porqué soy vegana. Para que me entendáis, la explicación es clara y sencilla, pero encontrar las palabras adecuadas, y sobretodo, en según que situaciones, no lo es tanto. Especialmente cuando quieres transmitir aquello que has visto, lo que te ha marcado y ha hecho que cambies tu vida para siempre, sin entrar en cólera mientras los demás banalizan dichos temas, la mayoría de veces sin mala intención ya que lo hacen por desconocimiento. Y ese es el motivo de esta entrada. Nadie puede comprender la razón de esta decisión, sin haber visto. La importancia de estar informados es esencial en todos los ámbitos de la vida, y lo que se esconde detrás de lo que comemos, por supuesto también. Y mi consejo, sinceramente, es que os informéis.
Como os decía, la definición es sencilla, el veganismo es una manera de vivir de forma respetuosa, ética y compasiva con los demás animales de este planeta. A diferencia de una dieta vegetariana, no solo rechazas alimentarte con productos de origen animal (incluyendo lácteos, huevos y miel) sino también asistir a espectáculos en los que se utilizan animales (como zoológicos, corridas de toros, circos y ferias), usar productos que hayan sido testados en animales, así como utilizar elementos de origen animal para vestir y calzarte (piel, lana, seda o plumas).
Sé que puede parecer una postura extremista y radical. Pero creedme, no lo es. Lo realmente extremo es lo que sucede a diario a nuestras espaldas, y de lo que somos cómplices sin tener la menor idea.
Os recomiendo los documentales Earthlings y Cowspiracy (<-- tenéis el enlace a la página si cicláis) aunque también los podéis encontrar en YouTube y además subtitulados en español. No tienen desperdicio y son la mejor manera de entender cómo afecta al planeta, a nuestras vidas, y sobretodo a la de los animales, el trato que reciben por nuestra parte.
Como os decía, la definición es sencilla, el veganismo es una manera de vivir de forma respetuosa, ética y compasiva con los demás animales de este planeta. A diferencia de una dieta vegetariana, no solo rechazas alimentarte con productos de origen animal (incluyendo lácteos, huevos y miel) sino también asistir a espectáculos en los que se utilizan animales (como zoológicos, corridas de toros, circos y ferias), usar productos que hayan sido testados en animales, así como utilizar elementos de origen animal para vestir y calzarte (piel, lana, seda o plumas).
Sé que puede parecer una postura extremista y radical. Pero creedme, no lo es. Lo realmente extremo es lo que sucede a diario a nuestras espaldas, y de lo que somos cómplices sin tener la menor idea.
Os recomiendo los documentales Earthlings y Cowspiracy (<-- tenéis el enlace a la página si cicláis) aunque también los podéis encontrar en YouTube y además subtitulados en español. No tienen desperdicio y son la mejor manera de entender cómo afecta al planeta, a nuestras vidas, y sobretodo a la de los animales, el trato que reciben por nuestra parte.
Os quiero dejar también este vídeo del activista americano Gary Yourofsky. Explica perfectamente por qué eligir este camino. Aunque sea largo, os prometo que es muy interesante. Hay imágenes duras e información que a nadie le gusta oír, pero en mi opinión, ya que nosotros tenemos el privilegio de ser libres y elegir cómo vivir, antes debemos conocer qué se esconde detrás de lo que elegimos.
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