17 de diciembre de 2015

DESAYUNOS VEGANOS: PUDDING DE CHÍA


Algunos de vosotros me habéis comentado que por las mañanas no estáis inspirados, o no sabéis qué prepararos para que el desayuno sea libre de ingredientes de origen animal. Por eso, he pensado en compartir algunos de mis desayunos favoritos en una nueva sección: Desayunos veganos. 

El desayuno, como sabéis, es una de las comidas más importantes del día. A mi me gusta que sean completos y sobretodo ir variando durante la semana (¡así no me aburro!)
Una de mis "normas" es que el desayuno contenga siempre 1 pieza de fruta (como mínimo, ¿eh?), así me aseguro de tomar las que tocan diariamente. Además es el mejor momento del día para hacerlo, ya que podemos incorporarlas de diferentes formas (en zumos, smoothies, compotas, al horno, deshidratadas, frescas...) Otra de las cosas que no puede faltar es la fibra, y siempre procuro que provenga de cereales integrales, o como en este caso, de las semillas de Chía. Ya vimos lo maravillosas que son estas pequeñajas, y es que son ricas en:
- Fibra
- Proteínas
- Minerales (Hierro, Fósforo, Calcio, Magnesio, Potasio, Selenio)
- Omega 3
- Antioxidantes
Y tienen efecto saciante, ¡por lo que aguantaremos con energía toda la mañana!




Cómo os comenté, las semillas de Chía desprenden un mucílago al ponerlas en remojo. Así que vamos a obtener una textura densa parecida a un pudding. Sólo necesitamos semillas de Chía y un líquido (leche vegetal o zumo de fruta). En mi opinión, con leche vegetal queda más rico y cremoso. Lo ideal es prepararlo por la noche (ya que debe estar unas cuantas horas) y así por la mañana únicamente tendremos que ponerle lo que más nos guste por encima (fruta, frutos secos, mermelada, chocolate...) Existen tantas combinaciones como ideas se nos ocurran, a mi me encanta con leche de coco y mango fresco, pero en este caso me inspiré en una receta que vi y la verdad que también está riquísimo.

Necesitaremos:
- 3/4 cup (180 ml) de leche almendras (u otra leche vegetal)
- 3-4 tablespoon de semillas de Chía
- 1 tablespoon de cacao puro
- 2 teaspoon de sirope de Ágave (opcional, si la leche es endulzada no se lo pongáis)
- 1 teaspoon de extracto de vainilla

Lo mezclamos todo bien en un bol, hasta que se integren bien todos los ingredientes, lo tapamos con film transparente y ¡a la nevera toda la noche!. Al día siguiente, lo removemos de nuevo y lo probamos, podéis añadir más sirope de Ágave si os gusta más dulce. Le añadimos por encima lo que más nos apetezca y ¡ya está!. En este caso le he puesto un plátano maduro en rodajas, fresas deshidratadas y lo he acompañado de un buen vaso de zumo natural de naranja y mandarina, para que la vitamina C ayude a nuestro cuerpo a absorber el hierro de las semillas.



¡Espero que os haya ayudado! Seguiré colgando ideas de desayuno si os ha servido. Además podéis dejarme en comentarios cuál es vuestro desayuno favorito y así compartimos ideas entre todos, y si no es vegano, siempre podemos  intentar veganizarlo.

¡Hasta pronto! :)


10 de diciembre de 2015

ALIMENTACIÓN VEGANA: BENEFICIOS

Hoy vamos a ver el impacto que tiene la alimentación vegana en nuestras vidas. Aunque, me gustaría aclarar una cosa. Cuando decides dar el paso, y llevar un estilo de vida vegano, no lo estás haciendo por ti, sino por ellos. No es una "dieta". De hecho, yo soy la primera incapaz de seguir una. Me encanta comer, y sinceramente, no creo que tenga la suficiente fuerza de voluntad como para dejar de comer aquello que me hace disfrutar, sólo por el hecho de que sea más o menos bueno para mi. No se trata de si es más saludable o de si engorda o no, sino de las consecuencias que tiene ese acto. La principal, única y válida razón de ser vegano, es dejar de contribuir en una industria cruel que mata 60 millones de animales al año, en todo el mundo. No tiene absolutamente nada que ver con estar más sano. Por eso, el principal beneficio del veganismo es que se salvan vidas.

Eso no significa que comer vegano no nos aporte beneficios, ¡por supuesto que si, y muchos!. En este enlace, tenéis un informe de la ONU acerca de algunos de los beneficios que aporta una dieta 100% vegetal a nuestra salud. Desde que soy vegana me he hecho más analíticas de sangre por año que en toda mi vida (y eso que para mi es una pesadilla...) y a pesar de que mi doctora me alertó de "las carencias" de mi nueva dieta, se tuvo que tragar sus palabras una a una, después de los resultados. Y puedes pensar, bueno, eres una persona joven y es normal que sean impecables. Pero, si realmente fuese tan necesario para nuestra salud comer alimentos de origen animal, debería tener alguna carencia después de todo este tiempo. Y no es así. Es más, nunca en mi vida me he sentido tan bien, ni con tanta energía como ahora (¡ni siquiera cuando tenía 17 años!)

Afortunadamente este estilo de vida tiene aún más repercusiones. La industria de la carne contribuye negativamente en el cambio climático, siendo la responsable de emisiones muy superiores a las causadas por todos los medios de transporte del mundo juntos. Increíble, ¿verdad? seguro que nunca lo hubieses pensado. Por eso, vivir vegano genera un impacto ambiental muchísimo menor en el planeta. Por no hablar de la deforestación causada por los cultivos de grano destinados a alimentar al ganado... Aunque, creo que lo mejor será que veáis este documental. Making de Connection habla de los efectos que tiene el veganismo sobre los animales, el planeta y nuestra salud. Es muy interesante ya que lo hace desde diferentes puntos de vista. Tomaros un ratito para verlo, os prometo que vale mucho la pena. 





Recordad, la información es poder. Conocer las consecuencias de nuestros actos y saber el impacto que tienen, es el primer paso para poder cambiar. Los cambios no son fáciles, pero si no te gusta lo que ves, debes actuar.


7 de diciembre de 2015

QUESO DE ANACARDOS


Este queso de anacardos es raw, o lo que es lo mismo, crudo. No ha habido ningún tipo de cocción que altere sus propiedades, es muy nutritivo, libre de colesterol y lo mejor de todo, está delicioso.
Es mi versión de un queso de almendras de la nutricionista Ana Estellés (<--ahí tenéis la receta original), pero yo he utilizado anacardos en lugar de almendras. 
La textura no es demasiado firme, así que es perfecto como queso para untar en tostadas, para bocadillos o incluso para mezclar con pasta. Se puede aromatizar añadiéndole las hierbas que más nos gusten, pero solo está buenísimo, de verdad.







Éstos son los ingredientes que vamos a necesitar (son las mismas cantidades de la receta de Ana Estellés, pero cambiando la pulpa de almendras, por anacardos):

- 225g de pulpa (pulpa de anacardos resultante de 1 y 1/2 cups de anacardos + pulpa de coco resultante de 1/2 cup de coco rallado)
- 65 ml de aceite de oliva Virgen Extra
- 65 ml de aceire de coco Virgen Extra
- 2 tablespoons de levadura nutricional*
- 1 tablespoon de zumo de limón
- 1 teaspoon de sal del Himalaya (o la sal que tengáis)
- 1/2 diente de ajo

*Como explica en el post original, la levadura que vamos a utilizar no es levadura de cerveza sino levadura nutricional, el sabor es completamente distinto. Creedme, mi primer queso lo hice con levadura de cerveza y el sabor no me convenció para nada. Pero cuando probé de hacerlo con la levadura nutricional, aluciné de lo bueno que quedaba.



Preparación:

1. Incorporamos todos los ingredientes en la picadora y trituramos hasta obtener una textura homogénea. También podemos mezclarlo a mano, en un bol, pero en ese caso deberemos cortar muy finito el ajo.

2. Lo ponemos en un molde (os aconsejo que le pongáis film transparente al molde, para que os sea mucho más sencillo desmoldarlo) y lo dejamos reposar toda la noche en la nevera. Al día siguiente, tendrá más cuerpo y todos los sabores se habrán intensificado.

3. Opcionalmente, podéis espolvorearlo con vuestra hierba favorita, en este caso le puse orégano, pero también puede quedar muy rico con eneldo, albahaca...

¡Y ya está, sólo nos queda disfrutarlo! Os aconsejo que lo probéis, es una alternativa mucho más saludable y nutritiva que los quesos para untar. Además si queréis sorprender a alguien en una cena o tenéis a algún familiar o amigo intolerante a la lactosa, seguro que disfruta y ¡le alegráis el día!

Si lo hacéis, ¡dejadme en los comentarios si os ha gustado! :)



3 de diciembre de 2015

LECHE DE ANACARDOS

El anacardo es un fruto seco con un montón de nutrientes esenciales para nuestro organismo, es rico en minerales (hierro, magnesio y potasio), vitamina E, vitamina B1 y ácido fólico. Podemos tomarlos a media mañana, en ensaladas, guisos, patés, cremas o en forma de leche vegetal. La leche de anacardos tiene un sabor suave y neutro, así que podemos utilizarla para hacer otras recetas (batidos, tortitas...) o bien tomarla sola.
Hacer leches vegetales en casa es muy fácil, únicamente necesitas una batidora de vaso y una bolsa de filtrado. Si no quieres comprar la bolsa para filtrar, puedes utilizar un paño de algodón limpio. De todas maneras os la recomiendo, ya que nos va a durar mucho tiempo y es bastante más práctico y limpio. Podéis comprarla en la página web de Lala Kitchen, y para los que vivís en Barcelona las venden en The Living Food, que por cierto, es un encanto de tienda.


Únicamente necesitamos 2 ingredientes, anacardos y agua mineral. Pero podéis añadir esencia de vainilla y sirope de Ágave, a vuestro gusto, para que sea más dulce. En este caso como necesitaba la pulpa para hacer un queso de anacardos no le añadí nada.





Éstos son los ingredientes que vamos a necesitar:

- 1 + 1/2 cups ( aproximadamente 200 g) de anacardos crudos*
- 4 cups (1 l) de agua mineral

* Es importante dejar los anacardos en remojo 2 o 3 horas antes de preparar la leche (o toda la noche, si lo preferís), se batirán mejor y obtendremos una textura más cremosa.


Preparación:

1. Retiramos el agua de remojar de los anacardos, los aclaramos con agua y los ponemos en la batidora de vaso junto con el agua mineral. Batimos hasta obtener una textura homogénea.

2. En un bol ponemos la bolsa de filtrado y con cuidado vamos añadiendo la mezcla.

3. Cerramos la bolsa y apretamos cuidadosamente para escurrir al máximo toda la leche y que nos quede la pulpa de los anacardos en el interior.

4. Podemos traspasar la leche a una botella o jarra de cristal con la ayuda de un colador. La dejamos en la nevera y nos aguantará 2-3 días sin problema.

La pulpa la guardamos para preparar un queso o unas galletas, por ejemplo. ¡Aquí no se tira nada! Espero que os animéis a preparar en casa leche vegetal, veréis que es muy fácil, salen riquísimas y además nos ahorramos dinero. 

¡Hasta pronto!


26 de noviembre de 2015

LISTA DE LA COMPRA VEGANA: LOS EXTRAS

Afortunadamente nos encontramos en un momento de cambio. Cada vez hay más personas concienciadas con la repercusión que tienen nuestros actos en la vida de los animales y del planeta. La creciente demanda abre las puertas a empresas éticas que producen alimentos exentos de crueldad. Podemos encontrar quesos (en todas sus variedades), hamburguesas, embutidos, patés, nuggets, pizzas, helados, pasteles y un largo etcétera. La verdad es que hoy en día, dar el paso al veganismo es relativamente fácil.

Son alimentos totalmente prescindibles, como ya vimos, pero que complementan nuestro menú y de la misma manera que cualquier alimento preparado, nos hacen más sencillo el día a día (sobretodo si no tenemos demasiado tiempo de enzarzarnos en la cocina). 
Es cierto que son productos menos accesibles, ya que se venden en establecimientos especializados, tiendas ecológicas, herboristerías y claro está, en tiendas veganas. De todas maneras, si en tu ciudad no tienes la opción, Veggie Room y Alma Vegana disponen de tienda online y además tienes tu compra en casa ¡al día siguiente!

En este caso me he acercado a Ecocentre, un supermercado vegano situado en Barcelona que ofrece mil alternativas en alimentación, cosmética, calzado, productos de limpieza...


Éstas son algunas de las cosas que compré:

Hamburguesas estilo tradicional de la marca FRY'S. Con un bollito, lechuga, tomate y una loncha de mozzarella de Divina Teresa, ¡¡¡están buenísimas!!!

"Hot Dogs" también de la marca FRY'S. De todos los hot dogs veganos que he probado, éstos son los mejores, sin duda. 


"Queso" estilo mozzarella de Divina Teresa. Es uno de mis preferidos, solo, en tostadas o fundido en un sandwich o hamburguesa ¡¡Me encanta!!

"Queso" cremoso con ajo y finas hierbas de Bute Island Foods. Perfecto para untar con pan, o para hacer más interesantes nuestros bocadillos.


"Chorizo" picante de la marca Avus. Es muy sabroso, aunque el sabor es igualito a la morcilla del pueblo de mi padre, personalmente no me sabe a chorizo. Pero insisto, está muy bueno.


Yogur de soja y fresas de la marca Provamel. Hay muchas más variedades (melocotón y mango, lima, vainilla, frutos del bosque, etc) y están todos deliciosos. Provamel también hace leches vegetales (todas riquísimas) y margarina libre de aceites hidrogenados.


Chocolate blanco de Ichoc, ¡brutal! De hecho, no hay ninguna diferencia, en lo que a sabor se refiere, con el que lleva leche de vaca.

Chocolate con leche (sin leche) de Sweet William. Lo mismo que el anterior, está delicioso y sabe igual que el que lleva leche de vaca.

Todos estos productos suelo comprarlos una, o como mucho, dos veces al mes. Por ese motivo les llamo "los extras", porque complementan mi menú, pero no son imprescindibles. Me gusta tener hamburguesas o salchichas en el congelador, por si un día llego tarde de trabajar, o por si me apetece comer algo menos "sano" (por decirlo de alguna manera). Lo mismo pasa con el chocolate, los embutidos o los quesos, no forman parte de mi dieta habitual, pero de vez en cuando son bienvenidos.
Por otro lado, me gustaría aclarar una cosa. Mucha gente me pregunta: ¿Por qué hay comida vegana que imita platos hechos con ingredientes de origen animal? Antes de nada, puedo entender que les parezca incoherente, ya que lo más seguro es que no hayan entendido lo que es ser vegano (y no lo digo de mal rollo, para nada).
La explicación es sencilla, que no quiera ser partícipe de una industria cruel, no significa que no me guste comer esos alimentos. No dejamos de consumirlos porqué no nos gusten, precisamenteSi puedo seguir comiendo algunos de mis platos favoritos, sin hacer daño a ningún animal, ¿cuál es el problema? ¡A mi me parece genial! 
Por ejemplo, yo era adicta al queso (como casi todo el mundo, vamos) pero después de saber lo que hay detrás de ese trozo de queso, tras conocer todo lo que supone y el sufrimiento que causa, ya no me compensa, es más, ni me apetece. Por eso, el hecho de que existan estas alternativas que además son más saludables, libres de crueldad y deliciosas, es perfecto.

Os animo a que, si tenéis la oportunidad, probéis alguno de estos productos, ¡seguro que os sorprenden gratamente!


23 de noviembre de 2015

VEGANIZANDO: PUMPKIN SPICE LATTE (STARBUCKS)


El Otoño es mi estación del año favorita. Me encanta. En parte, porque lo paso bastante mal con el calor abrasador del Verano, y cuando empieza el frío y apetecen las mantitas, las cosas calientes, pasar tiempo en casa, soy muy feliz. 

Hace unos días, tuve una reunión de trabajo y fuimos a Starbucks. A pesar de que no frecuento dicha cafetería ya que no soy muy "cafetera" (la cafeína me altera mucho) me apetecía probar el Pumpkin Spice Latte que sale siempre para esta época del año. Pero al preguntarle a la dependienta y mirar los componentes de la bebida, nos dimos cuenta que en la base llevaba leche condensada (oooooh).
Por eso, decidí que tenía que probar de hacerlo en casa. Así que después de buscar por Internet y de algunas pruebas, os traigo la receta, sin ingredientes de origen animal, sin colesterol y mucho más nutritiva ya que no está hecha a base de polvos (y lleva calabaza, de verdad).





Debo decir que, obviamente no sé cómo sabe exactamente el Pumpkin Spice Latte original, pero lo que si os puedo asegurar es que ésta es una bebida cremosa, dulce, especiada, con sabor a otoño, perfecta para tomar una tarde de domingo calentitos en casa y que además está muy rica.


Éstos son los ingredientes que vamos a necesitar (sale una taza grandota, o bien 2 tazas):

- 2 y 1/2 tablespoon (50 g) de calabaza cocida 
- 300 ml de leche de arroz (o cualquier otra leche vegetal)
- 1/2 cup (125 ml) de café recién hecho. La cantidad la podéis ajustar si os gusta más o menos cargado.
- 1 tablespoon de azúcar integral de caña
- 1/2 teaspoon de canela molida
- 1/4 teaspoon de jengibre en polvo
- 1/8 teaspoon de clavo molido (si no lo encontráis molido, podéis machacar un grano)
- 1/8 teaspoon de nuez moscada


Para la crema:
- 1 lata de leche de coco (dejarla previamente en la nevera durante unas horas) vamos a necesitar únicamente 200 g (las latas suelen ser de 400 g)
- 2 tablespoon de sirope de Ágave 
- 1/4 teaspoon de esencia de vainilla




Preparación:

1. Antes de nada, vamos a preparar la crema. Sacamos la lata de la nevera y, con mucho cuidado, extraemos la parte sólida con la ayuda de una cuchara. Si cogemos la parte de abajo, donde está el agua de coco, nos quedará menos espesa. Sólo necesitamos 200 g, el resto lo podemos guardar para hacer otra receta.

2. Batimos un par de minutos con unas varillas. Le añadimos el sirope y la esencia de vainilla. Seguimos batiendo hasta que se mezcle bien y reservamos en la nevera.

3. A continuación, ponemos en un cazo la leche y la calabaza cocida. Removemos con unas varillas para que se mezclen.

4. Añadimos las especias, el azúcar y seguimos removiendo hasta que esté bien caliente. 

5. Incorporamos a la mezcla el café recién hecho y batimos bien con una batidora para que quede una textura fina (si no lo hacemos, podrían quedar tropezones de calabaza, y no es demasiado agradable). Servimos en nuestra taza favorita, le añadimos la crema de coco por encima y espolvoreamos con un poco de canela.

¡Y ya tenemos nuestra versión veggie del famoso Pumpkin Spice Latte de Starbucks! Espero que lo hagáis en casa y me digáis si os ha gustado.



19 de noviembre de 2015

ALIMENTACIÓN VEGANA: ¿ES MÁS CARA?

Son muchos los que creen que llevar una dieta vegana es una opción inasequible y complicada según donde vivas. De hecho, más de una vez me han asegurado que no se hacen veganos por ese coste adicional que supone, o por la dificultad para encontrar establecimientos donde comprar. Pues bien, desde aquí quiero dejar claro que no es así. 

Para ello me he acercado a un supermercado y he comparado precios. 



Teniendo en cuenta que, con lo que cuesta 1 bandeja de bistecs puedes comprar 3 paquetes de lentejas (o 2 paquetes de lentejas y 1 de arroz integral), resulta bastante más económico y por supuesto tenemos mayor número de raciones.

Y es que la alimentación de un vegano, como ya vimos, se basa en los siguientes alimentos:
- Cereales 
- Verduras y Frutas
- Legumbres
- Frutos secos
- Semillas

Todos estos productos los encontramos fácilmente en cualquier mercado, supermercado o pequeño colmado de barrio. Forman parte de la cesta o carro de todo hijo de vecino y además también son los más económicos, puesto que su precio es inferior al de la carne o el pescado. Así que, ni es caro, ni es difícil de encontrar. De hecho, puedes comer platos deliciosos y de manera equilibrada teniendo un poco de imaginación y experimentando con estos sencillos ingredientes (y sino, ¡que se lo digan a nuestras abuelas!). 

No obstante, y aunque es mejor alimentarse a base de estos alimentos, hoy en día existen muchas empresas que apuestan por productos aptos para veganos (como quesos, embutidos, pizzas, hamburguesas, helados...) y si, su precio no es el mismo que un paquete de lentejas, es verdad, pero casualmente acostumbran a ser ecológicos, libres de ingredientes modificados genéticamente, pesticidas, colorantes, o conservantes. Además, los alimentos preparados siempre tienen un precio más elevado, sean o no veganos. 

Pero, son totalmente prescindibles. En serio, no necesitas en absoluto ninguno de esto alimentos preparados para tener una dieta completa.

Sin embargo, puedes incorporarlos puntualmente, ya que muchas veces nos salvan de un apuro si vamos justos de tiempo, nos ayudan en la transición al veganismo, desmitifican que solo comemos apio y lechuga (especialmente en las reuniones sociales) y por qué no decirlo ¡así nos damos un capricho de vez en cuando!

La buena noticia es que la mayoría de estos "sucedáneos" se pueden hacer en casa. Hay miles de recetas para hacer hamburguesas, leches vegetales, quesos ¡de todo! y por supuesto, nos saldrá mucho más económico que si los compramos.

Por ejemplo: 1 brik de 1 litro de leche de avena ecológica cuesta 2,30€. En cambio, 500g de copos de avena ecológicos (a granel) cuestan 0,95€. Teniendo en cuenta que para  hacer 1 litro de leche necesitamos 150g de copos de avena, obtendríamos 3 litros de leche avena por menos de 1€Lo mismo ocurre si preparamos nosotros mismos seitán, tofu, hamburguesas o quesos. Ahorraremos dinero y además tendremos la satisfacción de haberlo preparado nosotros mismos, a nuestro gusto y con ingredientes sencillos.

Así que de verdad, que el dinero no sea un impedimento si es que quieres cambiar tu alimentación. Todo lo que necesitas está a tu alcance, solo tienes que buscar recetas nuevas o simplemente intentar veganizar tus platos de siempre con ingredientes sencillos y básicos, os aseguro que se puede hacer.

¡Espero que os haya servido! :)

16 de noviembre de 2015

TORTITAS DE AVENA RÚSTICAS


Estas tortitas son ligeras, esponjosas, sanas y ¡están buenísimas! (lo de rústicas, es por la forma). Tengo que confesar que forman parte de muchos de mis desayunos o meriendas, pero es que se hacen en un momento y con chocolate están deliciosas. Mi conciencia está tranquila porque sabe que llevan ingredientes saludables y además son libres de colesterol, por lo que no hay remordimiento alguno.




Existen muchas maneras de sustituir el huevo en repostería. Podemos utilizar compota de manzana, plátano, yogurt de soja...(ya lo iremos viendo) o semillas de Chía como en este caso. Las semillas de Chía desprenden un mucílago, similar a un gel, cuando las mezclamos con agua, así que vamos a aprovechar esta característica para obtener unas tortitas de textura jugosa y suave. Ya vimos que esta semilla era una fuente importante de proteínas, minerales como el hierro y el calcio, y ácidos grasos esenciales Omega-3 y 6, así que es una manera genial de incorporarla a nuestra dieta. De todas maneras, si no tenéis semillas de Chía, sustituirlas por 2 cucharadas de yogurt de soja, por ejemplo.

Siempre las hago a ojo, la verdad, pero esta vez he medido las cantidades para pasaros una receta en condiciones. Podéis hacer las variaciones que queráis, ¡siempre a vuestro gusto!

Éstos son los ingredientes que vamos a necesitar (salen unas 10 mini tortitas):

- 1 cup* de copos de avena finos
- 1 tablespoon* de semillas de Chía (+ 2 tablespoon de agua, para hacer el gel)
- 2 teaspoons de aceite de coco o de oliva (pero siempre Virgen Extra)
- 1 teaspoon de levadura química
- 1 tablespoon sirope de Ágave (o bien, azúcar moreno integral)
- 160 ml leche vegetal
- 1/4 teaspoon de canela (opcional)
- 1 pizca de sal

*cup = taza , tablespoon = cuchara sopera
Nuevamente pongo la nomenclatura en inglés ya que corresponde a tazas y cucharas medidoras, respectivamente. Si pongo "taza" a secas pasa lo mismo que con la "cucharadita", existen tantas capacidades como modelos de taza hay en el mundo (yo nunca sé cuál es la medida de "taza"). Así que al final me compré un juego de tazas medidoras, y sinceramente os lo recomiendo, es una gran inversión.



Preparación:

1. Molemos las semillas de Chía con un molinillo de café (el mío es un poco prehistórico) si no tenéis, las podéis moler con un robot de cocina normal y corriente. Las ponemos en un bol y añadimos las 2 cucharaditas de agua. Removemos y dejamos que se forme el gel. 

2. Una vez formado el gel (tardará 1 minuto aproximadamente) añadimos el aceite de coco derretido, la leche vegetal y el sirope de Ágave. Removemos con unas varillas.

3. En otro bol añadimos los copos de avena molidos (nuevamente utilizamos el molinillo o robot de cocina, aunque podéis utilizar harina de avena directamente), la levadura química, la sal y la canela (opcional). Removemos para homogenizar. 

4. Incorporamos, con cuidado, el bol de ingredientes secos al bol líquido, removemos para crear una masa espesa. Si lo hacemos con cuidado, nos quedarán más esponjosas.

5. Ponemos una sartén antiadherente a fuego fuerte. Cuando esté bien caliente vamos añadiendo cucharadas de la mezcla. Yo utilizo una cucharada sopera para cada tortita, ¡pero las podéis hacer más grandes! 

6. Las dejamos, a fuego medio-bajo, unos 2 minutos por cada lado, o hasta que estén doraditas.

7. Finalmente las servimos con el topping que más nos guste. Esta es la parte menos sana pero ¡un día es un día!

Como más me gustan es con chocolate (en este caso, he utilizado el de la marca Moo Free que utiliza leche de arroz, en lugar de leche de vaca), pero podéis untarlas con mantequilla de cacahuete y mermelada, sirope de arce, chocolate negro...¡lo que os haga más felices!


¡Espero que os gusten! :D


12 de noviembre de 2015

LENTEJAS AL CURRY


Este plato es completo en lo que a proteína se refiere, ya que estamos combinando un cereal y una legumbre. Como vimos, no es estrictamente necesario tomarlos en la misma comida, pero en este caso el arroz basmati es el compañero perfecto para estas exóticas lentejas al curry.




La leche de coco y el curry son los ingredientes clave, ya que van a darle un sabor delicioso al plato. Es una manera distinta de tomar lentejas, así que si es que estáis aburridos de las clásicas o simplemente os gusta experimentar con ingredientes de otras culturas, tenéis que hacerlas.
Como siempre, existen muchas versiones diferentes de la receta, a mi me gusta "hacerla mía", a mi gusto, con lo que tengo por casa, y sobretodo sencilla, para que sea rápida y fácil de preparar, ya que no siempre disponemos de tiempo suficiente. Así que ¡aquí os dejo mi versión!

Los ingredientes que vamos a necesitar (para 2 personas):

- 200 g de lentejas
- 200 g de arroz basmati
- 1 cebolla
- 3 dientes de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva Virgen Extra
- 4 o 5 tomates maduros
- 200 ml de leche de coco
- 1 teaspoon* de curry
- 1/4 teaspoon pimentón dulce
- Sal y pimienta

*teaspoon = cucharadita. 
Pongo la nomenclatura en inglés, no porque quiera ir de "guay", sino porque las cucharas medidoras son mucho más exactas que la cuchara sopera y cucharilla de café que todos tenemos en casa (al menos en la mía tienen formas/capacidades muy diferentes entre ellas). Os recomiendo que os hagáis con unas, ya que nos facilitan mucho la vida, en especial cuando se trata de recetas de repostería que requieren de más precisión.




Preparación:

1. Ponemos a hervir las lentejas en una olla con abundante agua. El tiempo dependerá de la variedad de lenteja, así que seguid las instrucciones del paquete. Yo he usado lenteja pardina que no necesita remojo previo.

2. Por otro lado, ponemos el aceite en una sartén y añadimos los ajos y la cebolla bien picados. Salpimentamos y removemos de vez en cuando.

3. Cuando la cebolla esté blandita, añadimos los tomates rallados y dejamos a fuego medio-bajo hasta que reduzcan. Podéis añadir la sal y opcionalmente una pizca de bicarbonato o de azúcar moreno, para eliminar la acidez del tomate.

4. Una vez haya reducido la salsa de tomate, añadimos la leche de coco y las especias. Removemos bien y lo dejamos 5 minutos más, a fuego bajo, para que se mezcle bien todo. Si a las lentejas aún les queda tiempo de cocción, apagamos el fuego y reservamos la salsa.

5. Cuando las lentejas estén cocidas, las colamos y las añadimos a la sartén. Dejamos a fuego medio-bajo durante 10-15 minutos más, para que se integren bien todos lo sabores. Rectificamos de sal, si es necesario.

6. Por otro lado, hervimos el arroz basmati, nuevamente seguimos las instrucciones del paquete y añadimos sal al gusto.

7. ¡Y ya está! A mi me gusta servirlo poniendo mitad y mitad en el plato, pero podéis hacerlo como más os guste.


¡Espero que las probéis! :)